domingo, 24 de abril de 2011

¿CUÁNTAS SEMANAS SON SANTAS?

Gooooooooooooood Moooooooooooorning Vietnam!!
Por fin es lunes.

La Semana Santa suscita grandes emociones, tanto en sus seguidores como en sus detractores, pero yo veo grandes dosis de realidad presente. Más allá de los creyentes veo a los devotos, devotos de labor.
Y cuando termina la Semana Santa, ¿cuántas Semana son Santas? Porque esto sigue lleno de Santos que siguen en penitencia.

¿Qué es la Semana Santa? Paso a paso. Olor a cirio que impregna las calles. Retumbar de tambores marcando el paso. Saetas cantadas que interrumpen el extraño silencio y agitan la emoción. Farolas que apenas iluminan. Velas en exhalación. Susurros en oración. Hábitos de suave lívido color. Peso y pasión. Sentimiento en estado puro. Imaginería sin imaginación. Sambenitos. Capirotes. Pies descalzos. Peregrinar. Sacrificio y calvario. Justa devoción.

En la patria, la fe es la ilusión. Los devotos ya son millones. Su ánimo es seguir portando su peso en silencio. Paso a paso. Día a día. Su hábito va por dentro. Su capirote apunta al cielo. Sus brazos se alzan pero su voz se pierde. Es sus manos el estigma del olvido. Deambula en procesión y después… después resurrección. Nuevos santos en penitencia cada semana. ¿Cuántas Semanas son Santas?

Santa Semana, Semana Santa. Los santos del día a día, parados que avanzan sin esperar. Olor a cera son velas quemadas. Emociones contenidas. El peso son los compromisos incumplidos. El paso de los días. Paso y peso. Olor y dolor. Icono en acción. En silencio procesión. La devoción torna en obsesión. La fe en objetivos. El calvario es querer. Querer y no poder. Y la cruz… pesa y crece cada día. ¿Y después?... después resurrección. Su mayor calvario, la omisión.
Y en el horizonte, el que promete, sin importarle los santos. Nos son devotos. No viven entre nosotros. Delirante y distantes. Sumisos, pueriles y falsos. Es la fe de la Santa Inquisición. Con las manos tan limpias como las de Poncio Pilatos.

Millones de sonrisas descalzas añorando despertar. Alegría por vivir.
Mi fe ahora son las sonrisas. Mi penitencia es crear. Por hábito el cariño, mi capirote va con ellos y mi calvario… mi calvario es no parar. Cada Semana Santa: fe, esperanza y caridad. Cada Santa Semana: confianza, ilusión y mucha, mucha humanidad.



Genial. Por fin es lunes. Otra Santa Semana por delante.



OP

domingo, 17 de abril de 2011

MIEDOS

Gooooooooooooood Moooooooooooorning Vietnam!!
Por fin es lunes

El miedo. ¿Cuántas veces siento miedo en un día? Pánico. Horror. Vértigo. Desolación. Invade mi cuerpo pero  me hacen ser listo, rápido, huir o me inmovilizan, quieto… miedo. ¿Por qué no decirlo?, siento miedo.  Algunas veces siento miedo. Pero es pasajero. Asumo mis miedos… Contra el miedo, valentía. Afronto el problema. Vivo mejor. Más tranquilo.

 Del miedo saben mucho los dentistas...No conozco situación más estratégicamente preparada que la de los dentistas. Llegué, me senté. Mi dentista se marcó una sonrisa de oreja a oreja. En ese momento siento que está haciendo publicidad y que efectivamente, yo no tengo ni los dientes tan blancos, ni tan perfectos, ni tan maravillosos… ¿Puedo pensar que se trata de publicidad subliminal? Nada ni pio, pero sigue con esa sonrisa, de oreja a oreja.
Tras las sonrisas  vienen las mentiras: “Tranquilo que esto no te va a doler”. Me ha clavado una aguja de varios centímetros debajo de la lengua y detrás del paladar…. No puedo describir lo que siento en ese momento, pero… me hago el duro, que no se entere de que estoy aterrorizado. Como siempre.
Después se va. Siempre se va. ¿Por qué se va? Te deja solo, otra táctica desmoralizante. Yo siempre miro el instrumental preparado encima de la mesa. Inquieto, intranquilo.  Sin saber bien cuando, aparece con un extraño artilugio en la cabeza que se ilumina. Me mira fijamente sin decir nada y me mete dos cachetes en la cara. ¿Me está pegando el muy …? Luego lo arregla diciendo ¿Cómo va la anestesia? Yo empiezo a sentir que me cuesta hablar y entre balbuceos acierto a expresar: “Beeen, ga ben”, y ese momento es… sin duda uno de los momentos más lamentable de mi existencia: Se me cae una babilla por la comisura de los labios (patético).
Eso le hace despertar su interés. Ya está… Ya está ¿qué? Que con la baba colgando parezco memo ¿verdad? . ¿Hay algo peor?... Pues sí, en el dentista siempre puedes encontrar cosas más degradantes y humillantes como…: el aparatito que succiona las babas. Te lo colocan por el lado y venga absorber, además sientes como cambia el sonido según aspira más babas… realmente patético. (ce me ha zadido el cachadin de as babas). Mierda no puedo hablar….

De repente dice: Voy a sacarte una placa. Joe… ¿qué me vas a sacar una foto con la baba colgando? … No puedo con esto y  todavía no ha empezado.
 Se sienta a mi lado, me mira amigablemente (de amigable nada, conozco sus intenciones), sonríe y se pone una mascarilla. – Cobarde, da la cara!!!. De repente un silencio sepulcral y escucho el inefable ruidillo de la fresadora. Pánico, miedo, estremecimiento…. Mi corazón sube de revoluciones y se incrementan mis pulsaciones. El cómodo sillón se torna en cruel garrote vil.
Si me martiriza el ruidito del sacababas y la tronzadora, ahora viene lo peor. “Te voy a practicar una ortodoncia”, ¿Cómo de plácquicar? ¿etas de conia veda? ¿etas n placticas? Me atrevo a decir. Momento en el que el succionador sale de mi boca y nuevamente aflora la babilla. “No estoy en prácticas” me dice con esa sonrisilla de Profident.
¿Sabes lo que es una Ortodoncia? Me pregunta. “Ti” le contesto. Pero parece que con tanto ruido ambiente no se ha enterado y me empieza a explicar detalladamente que me van a deshacer el nervio, me van a taladrar la encía y me van a meter un tornillo tipo rosca-chapa en el hueso… Me desmayo. Soy toro…pero manso.



Genial. Toda la semana por delante. Sin miedo.


OP

domingo, 10 de abril de 2011

UN INSTANTE

Gooooooooooooood Moooooooooooorning Vietnam!!
Por fin es lunes.

Algunas veces las emociones surgen a flor de piel. Suave pero intensamente. Sin necesidad pero con razón. De forma efímera pero marcada. Sutiles detalles que engrandecen el momento. Algo sin tamaño. Partícula inmensa.  A penas un instante  pero… ¿se puede describir ese momento?

Miro. Veo. Cruce de paisajes. Candilejas de color. Mosaicos de luz. Crónicas de brillo y resplandor. Amante y deleite prohibido. Inerte, inmutable y perenne. Magnetismo conspicuo y eterno. Sentir, fluir, magnificencia o divinidad. Imán profundo. Polo y centro. Voy y vengo. Se llena el pecho de aroma en un rápido manar de fuera a dentro. Su esencia lo embriaga todo. Mis poros se abren y transpiran su condición. Todo parece detenerse y los movimientos se vuelven pausados, lentos. Rugoso sentir. Áspero brío. No es temblar es el latido de mi corazón que aflora en las manos. Apenas levanto la vista y sigue, inmutable. Candilejas de color. Fastos de brillo y resplandor. Amante y deleite de lo prohibido. Inerte, inmutable y perenne. Un susurro de paciencia. Crujiente eco. Abatido y fulminante volar. Transito de sensaciones que se acumulan en capas y luego se desvanecen. Eclipse total y luz cegadora. Soplo absoluto de ingenuidad que se transforma en aliento de vida en ese instante. Fulgor de impaciencia y reflejo de inquietudes e ilusiones. Un rayo que torna en recado me devuelve a mi tiempo. No oigo, no veo pero lo siento. Labios secos. Brusco volver. Sigo yendo.


A penas es un segundo, un instante volátil para recordar. No es nada y es todo. Me siento bien.


Genial. Por fin es lunes. Millones de instantes por delante.



OP

domingo, 3 de abril de 2011

HABLAR

Gooooooooooooood Moooooooooooorning Vietnam!!
Por fin es lunes.

Me llama mucho la atención que en los tiempos en que vivimos, que las comunicaciones son muy humanas y fluidas, en demasiadas ocasiones estamos solos, aislados. Numerosos amigos en redes sociales, pero nadie con quien quedar el fin de semana. Incontables contactos pero nadie me llama…
Me llama mucho la atención cuando digo: "quedamos para hablar”  pero en realidad la mayoría de las veces quiere decir "necesito que alguien me escuche”.  Que me escuchen sin juicios, sin opiniones, sin moralinas. Sólo eso, escuchar.
Me llama mucho la atención que incontables veces he tenido la necesidad de hablar y contar algo pero… ¿Cuántas veces he tenido la necesidad de escuchar? Aunque me lo estuvieran pidiendo.
Me llama mucho la atención ver como grandes problemas,  situaciones insostenibles, hostilidades irreconciliables… se han solucionando escuchando, tan sólo escuchando a la otra parte. Sencillo. Muy sencillo…
Hablar y escuchar. Difícil sincronía. Nunca a partes iguales.


Recuerdo hace algún tiempo entré en un baño público de una conocida empresa sueca que se dedica a hacer grandes muebles, luego los desarma y los mete en cajas pequeñitas de cartón, porque su obsesión es  que entre todo en un coche pequeño. Para mi tiene más mérito el que diseña los embalajes que el propio mueble. Meter un armario de tres puertas dentro de una cajita es digno de un alquimista. El tema del montaje es otro asunto. Mucho más delicado. Mucho más complicado. En realidad sólo se trata de poner tornillos y ensamblar debidamente pero… hay veces en los que se me complica mucho la cosa.
 El caso es que mi próstata no daba para más y fui al aseo. Cuando estaba en plena micción oí a alguien que decía: “Hola”. Yo miré para ambos lados pero no vi a nadie por lo que no hice caso, pero volví a escuchar, “¿me oyes?”. No es una situación cómoda para entablar amistad pero dada esa educación y fijación por escuchar a los demás, decidí contestar cortés pero tímidamente sin que mi voz terminara de aflorar “Síiiii??”.(Ese mismo tonito valiente que te sale cuando estás en el sillón del dentista). 
 -  “¿Qué si me oyes?” Insistió.
-  “Que sí”, respondí con un tono más elevado y seguro.
Después silencio, me sentí mal pero luego escuché: “¿Cómo estás?”  No pude pensar mal, alguien que se preocupa por mi estado, no es mala cosa.
-  “Jo que lio tengo, no sé cómo voy a salir de esta”.  Dijo.
Quizás tenga problemas, pensé… llamo al de seguridad y… pero mi curiosidad iba creciendo.”¿Me oyes o no?”... joe que insistencia.
-  “Si claro sigo aquí , tranquilo” .Dije en tono alto para que me oyera con claridad.
-  “¿Vas a estar mucho rato ahí?” preguntó el sujeto en cuestión.  Me apresuré a contestar para hacerle saber que tenía que continuar con mis compras: “La verdad es que no”, “¿necesitas que te ayude en algo?”. Me atreví a preguntar. De nuevo ese silencio… quizás esté en apuros y no se atreva a decirlo… pero el caso es que ya me había lavado las manos y pensaba en irme cuando escuché...
-  Nada no pasa nada tu a tu bola!!”. Reconozco que aquello me molestó. Estaba hablando con alguien desconocido en un baño público y encima se pone borde.
-  “A mi bola no tío, es que me estás dando la brasa y no me dices lo que quieres…” Grité para que me entendiera perfectamente mientras salía del baño.
-  Respondió gritando  también “Joe que coñazo de tío.!!” 
Me di la vuelta y grite “coñazo serás tú … ¡!!
-  “Espera un momento, por favor!!” espetó. (Eso le ha dolido pensé).
-  Lo siento o me dices que quieres o paso de perder el tiempo contigo”. (Yo también puedo ser borde cuando quiero).
-  Espera, espera por favor….” (Pensé: por fin se aclara!) y … en ese momento se abrió la puerta del aseo y escuche “espera, es que hay aquí un “tontolaba” que no deja de contestar cada vez que hablo” y mientras salía vi que llevaba un móvil pegado a su oreja.
Diooooooooooos!!!! qué vergüenza. Tierra trágame.
Salí apresuradamente del aseo, pero sé que vio efectivamente mi cara de aba (aba=gilipo…). Lo que no entendí fue, ¿por qué me miró con cara de asco? Mírame con odio, pero no con asco que yo sí me lavé las manos….
Aprendí varias cosas ese día: Un aseo público no es el sitio óptimo para hacer amistades. Escuchar, no hablar. Me lo decía mi madre: “No hables con desconocidos”. Correr, correr mucho hacia la salida más próxima. Sé que él contará esa anécdota entre sus amigos, su familia… cada verano… cada Navidad… viviré con ello.
Genial. Por fin es lunes. Toda la semana para escuchar.



OP