Gooooooooooooood
Moooooooooooorning!!
Por fin es lunes.
Esta semana pasada
tuve la oportunidad de poder compartir cena con un amigo que hacía mucho,
mucho, mucho tiempo que no veía. Una magnífica velada. En el transcurso de la
conversación su chica, pareja, amante, amiga, que se yo… hablaba
incesantemente, más bien diría que de ciertos temas, de forma
compulsivo-obsesiva.
Buena gente, pero un
pelín fuera de foco. Ella insistía por demostrar que toda su vida giraba en
torno a un gran tema. El que ella consideraba lo “más importante” para
continuar en este mundo viviendo. Algo dramático y exagerado desde mi punto de
vista.
Tan exacerbada estaba
que empecé a pensar que algo serio le ocurría. Ese pensamiento recurrente que
aparecía por doquier en todas las frases a lo largo de su dialéctica me hizo
pensar que si realmente eso era verdad, o tan solo un ejercicio que justificaba
su existencia o sus decepciones. Llegó un punto en el que no pude más y le
pregunté: “Si te quedaran 15 minutos de
vida y lo supieras… ¿qué harías?” La pregunta fue tan inesperada que un
silencio intenso se quedó cuajado encima de la mesa, fruto de la sorpresa, fruto
de la reflexión que todos estábamos haciendo sobre ello… pasaron unos minutos hasta
que contestó… y sí, lo que imaginaba, nada de nada sobre su trauma existencial.
Nada de nada sobre sus “grandes” necesidades. Nada de nada sobre sus
“lamentos”.
Su vida se centraba en
lo realmente importante: su hijo, su pareja, su familia, ella misma… y entonces
le pregunté, si tan cuan importante era aquello que no dejaba de decir, e
insistir (dinero, trabajo-trabajo, dinero) porque no aparecía en ese trascendental
momento que sería los últimos 15 minutos de tu vida: ¿Despedirse de su jefe
quizás, cerrar una cuenta bancaria, sacar todo su dinero del banco para dárselo
a quien ella quisiera?. Nada de nada.
Triste pero cierto.
En realidad ella solo
estaba aplicando un patrón que aplicamos todos. Hacer lo “que creemos que es
correcto”. Nos enseñaron que para ser felices tenemos que tener cosas y que las
cosas se consiguen con dinero. Sin embargo, lo que de verdad llevamos dentro
aflora en situaciones límite. Lo que queremos es mucho más auténtico, pero nos
complicamos la vida una y otra vez pensando en todo aquello que no tenemos
pero… lo realmente trascendental es lo que ya poseemos y que en la mayoría de
los casos no está vinculado al dinero.
Curioso. El ser humano
es impredecible.
¿Has pensado lo que
harías si te quedarán solo 15 minutos de vida? … seguro que tu mismo te
sorprenderías.
Genial. Por fin es
lunes. Sorprendiéndome.
OP