Por
fiiiiiiin es lunes. (Postremo
illud Lunae)
Dice un dicho proveniente del
latín “malum solum esse insipientem” (el
malo o el que obra mal solo lo hace porque no lo sabe). El miedo nos domina en
demasiadas ocasiones por lo que no somos cien por cien dueños de nuestros
actos. Mantenerse sereno es básico en situaciones complicadas y tensas. Esa
calma nos puede dar más de una alegría o dicho de otro modo, evitarnos algún
problema futuro.
Cuando tenemos miedo sale
nuestro “niño” interior y nos volvemos más creativos, más inseguros y menos
reflexivos, más impulsivos.
Muchas veces nos
enfrentamos a situaciones que se escapan de nuestras manos y nuestra reacción
sueles seguir un patrón de conducta: primero miedo, luego defensa, finalmente
ataque. Todo esto en cuestión de segundos por lo que es fundamental saber
controlase. Mantenerse calmado, mantenerse sereno.
¿Y esto cómo se consigue?
pues como la mayoría de las cosas: practicando.
Si bien es verdad que no
podemos planificar situaciones fortuitas pero… si podemos preparar situaciones
imprevistas. Es como un juego, muchas veces pienso ¿y si me ocurriera esta situación
a mi cómo reaccionario yo? Puede ser algo que le haya ocurrido a otra personas,
o bien me anticipo a situaciones a las que tendré que enfrentarme. Si tengo que
hablar un tema delicado, complicado o áspero con alguna personas, sea quien
sea, me preparo las posibles situaciones, en diferentes escenarios, a la que me
tenga que enfrentar. Posibles, contestaciones, posibles preguntas … visualizar
esas situación anticipadamente para entender cual podría ser mi reacción más
óptima.
De esta forma se rebaja el
nivel de tensión, el miedo desaparece y trasmitimos mayor seguridad. Es como
cuando nos preparamos un trabajo, una presentación, un examen… a conciencia. El
resultado será el que será pero nuestro sistema nervioso se altera menos.
Esa seguridad, esa calma,
esa serenidad se aprende.
Hay una frase del escritor
Antonio Gala que lo resume muy bien cuando le preguntaron si aspiraba a
conseguir la felicidad el contestó: “no
aspiro a la felicidad, sino a la serenidad. La felicidad es un don, pero la
serenidad es un aprendizaje”. Por lo tanto: la serenidad se
aprende.
Genial. Por fin es lunes.
Sereno.
OP
No hay comentarios:
Publicar un comentario